lunes, 26 de marzo de 2018

Recuperar nuestro poder militar

Militares que tengan una visión clara, con diferentes matices, del rol estratégico de las fuerzas armadas podemos encontrar muchos. Tienen grandes ventajas sobre un civil promedio: lo suyo es vocacional, comenzaron de muy jóvenes, han realizado un cursum honorum en su profesión, han debido estudiar y al mismo tiempo han visto como funcionan las cosas en el terreno, los cielos o en el mar. Diagnósticos de la grave situación por la que atraviesa nuestro sistema de defensa podemos leer aquí y allí, soluciones y consejos también. Pero es evidente que todos los militares han fallado durante décadas en la única tarea que era vital para su subsistencia o, por lo menos, para evitar la decadencia: formar a la clase dirigente civil en las artes de la Defensa Nacional. Se quedaron con la víbora, se hicieron dueños de la quinta, dejaron afuera a cualquiera que quisiera interesarse por el tema y la clase política durante décadas se convenció de una falacia fácil de digerir por las particulares circunstancias políticas del país: militar malo, político bueno. Y los militares se quedaron huérfanos porque los políticos se adueñaron del presupuesto y desde entonces han preferido gastar esos dinerillos en las cosas que más les gusta, votos. Como en el asesinato de César no hay un solo culpable, fueron muchos los que hincaron su puñal en las entrañas de Cayo Julius. Entre nosotros también es imposible asignarle toda la culpa del actual estado de indefensión a un presidente o un ministro, todos ha colaborado, algunos poco y otros mucho, pero todos han sido parte de la situación actual. No recuperaremos el poder militar que nuestro país necesita por su extensión y nivel económico hasta tanto el poder político entienda lo que realmente significa "poder nacional" y porqué el poder militar es parte esencial del mismo.

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