viernes, 15 de noviembre de 2019

Resumen de Inteligencia Estratégica de Sherman Kent

Resumen del libro:
Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana de Sherman Kent


  • Parte Primera: La Información es Conocimiento.
  • Parte Segunda: La inteligencia es Organización.
  • Parte Tercera: La Inteligencia es Actividad.
  • Apéndice: Clase de información.
Primera Parte: “La información es Conocimiento”
“...los Romanos hacían en estos casos lo que todo príncipe sabio debe hacer: no preocuparse solo de los desórdenes del presente, sino también de los del futuro, y evitarlos por todos los medios; porque cuando los males se prevén con antelación es fácil ponerles remedio, pero si se espera hasta que están cerca, la medicina ya no surte efecto, porque la enfermedad se ha vuelto incurable.” Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe”.
Nacido en Chicago en 1903 y egresado en 1933 de la Universidad de Yale como Dr. en Historia , Sherman Kent se transformó en uno de los arquitectos de la Inteligencia de los Estados Unidos de América, influenciando a toda la comunidad internacional con sus escritos y libros.
Fue responsable desde 1952 a 1967 del “Board of National Estimates”, máximo organismo de análisis de la Agencia Central de Inteligencia. Lucho por la profesionalización de la inteligencia norteamericana y supo transformar sus errores como analista en experiencias útiles y enseñanzas para la actividad.
Su visión sobre la necesidad de profesionalización de los analistas de la inteligencia estratégica, la particular y ecléctica conformación de sus cuadros de colaboradores, el convencimiento de la necesidad de un análisis sistémico a los problemas estratégicos, su experiencia acumulada en la OSS y en otras áreas de la Inteligencia, su aporte conceptual, organizacional y metodológico y se volcaron en numerosos escritos sobre la materia, exportando su influencia a la comunidad internacional de Inteligencia.
Escrito durante el intervalo previo a su entrada a la CIA en noviembre de 1950 su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Exterior Norteamericana” es un clásico y ha contribuido al arte y la práctica de la Inteligencia, transformándose en el más influyente de los publicados hasta el presente. “Este libro debería ser leído por todos los altos oficiales responsables por la seguridad de nuestro país
y por todos aquellos que trabajan en el campo de la inteligencia” afirma Harold P. Ford en su “Tributo a Sherman Kent” en 1980. Ford fue su sucesor en el “Board of National Estimates” y ha escrito varias publicaciones del tema.
A su vez, Sherman Kent afirma que: “Más hablaba con mis colegas de la OSS, más seguro me encontraba que era necesario un libro serio sobre el negocio de la Inteligencia. Escribirlo se volvió una compulsión; Simplemente tenía que escribir esos pensamientos que estaban en mi cabeza”.
El libro alterna extensas descripciones y ejemplos con elementos conceptuales de indudable y reconocido valor. No solo ha sido y es un aporte fundamental para la Inteligencia Estratégica, de su lectura permite una visión profunda sobre las herramientas de inteligencia utilizadas por el gobierno norteamericano para fijar su política exterior en la última mitad del siglo pasado. Surge claramente la
necesidad de la utilización de “políticas activas” en defensa de sus intereses globales. Y sin duda alguna, Sherman Kent ha sido un eficaz pensador dedicado a perfeccionar las organizaciones de inteligencia de su país.
El libro se divide en tres partes:
  • Primera Parte “La Información es Conocimiento”, la base teórica.
  • Segunda Parte “La Inteligencia es Organización”, la estructura.
  • Tercera Parte “La Inteligencia es Actividad”, el método.

Primera Parte

En la Primera Parte, Kent describe en detalle el conocimiento que se debe obtener de otros estados que “nuestros hombres, civiles y militares, que ocupan cargos elevados, deben poseer para salvaguardar el bienestar nacional”.
Va más allá cuando define a ese mismo conocimiento como “vital para la supervivencia nacional” y le añade un carácter especulativo cuando afirma que el mismo conocimiento relativo a la supervivencia de Norteamérica incluye “especulaciones sobre la fuerza y las intenciones de otros estados, la estimación de sus probables respuestas a los actos que nosotros mismos nos disponemos a iniciar” y que “sobre el deben descansar, tanto en la guerra como el la paz, las relaciones exteriores de nuestra nación”.
Kent llama “información positiva extranjera de alto nivel” al conocimiento que un Estado debe poseer con respecto a otros y afirma que sobre el mismo debe basarse la política nacional propia de alto nivel con respecto a otros Estados.
Con “extranjera” el autor excluye “todo conocimiento sobre la propia escena doméstica”. Con “positiva” denota que la información “no es la llamada contrainformación y contraespionaje”. Finalmente, con el término “alto nivel” se excluye toda la información operativa y táctica. Parte del mismo deberá ser obtenido por “medios clandestinos”, pero la mayor parte del mismo debe ser
adquirido “mediante prosaicas investigaciones abiertas y directas”.
Divide la información a obtener en tres “elementos” que describiremos a continuación:

Elemento Descriptivo Básico
En primer lugar se debe obtener información de carácter descriptivo e informativo sobre el Estado en cuestión, la llamada “información básica”, involucrando aspectos como:
a) Las características físicas naturales y añadidas por el hombre.
b) Su población, cantidad de habitantes, concentraciones, datosdemográficos, etc.
c) El estado de las artes, las ciencias y las técnicas de esa población. En este título Kent sugiere incluir el estado de las ffaa.
d) El carácter de sus sistemas políticos, sus economías, sus agrupaciones sociales, sus códigos de moralidad y las interrelaciones dinámicas que ocurren entre ellos.

El Elemento Informativo Corriente
En segundo lugar describe la fase de “información corriente” relacionada con el proceso de cambios a los que se ven sometidas todas las actividades humanas.
Al respecto dice Kent: “nada permanece completamente inmóvil”. Se deberá estudiar no solo el cambio sino en que dirección se produce, cuales son las razones que lo impulsan, y con que intensidad. Así, Sherman Kent describe sobre que aspectos se debe estar alerta para anticiparnos al mismo y a sus consecuencias, mencionando entre otros los siguientes:

1. Personalidades.
Kent nos advierte que el futuro “no tiene completa libertad para designar a dichos funcionarios (funcionarios con poder de decisión civiles, militares, políticos, etc.) al azar” y que deberá recurrir a un número limitado de candidatos. Se deberá señalar a los candidatos potenciales, vigilando la evolución de sus carreras. Se deberá conocer su personalidad, carácter, fortalezas y debilidades a fin de suponer como evolucionará cuando alcance posiciones de liderazgo.

2. Geográficos.
Recomienda estudiar como afectarán los cambios introducidos por el hombre al medio ambiente, en los descubrimientos que hubiera en aspectos tales como geodesia, geología o hidrografía.

3. Militares.
Legislación que modifique la situación, presupuestos, cambios en la doctrina o educación, en la moral y en la lealtad hacia su gobierno.
Cambios en las ffaa en lo que hace a su orientación política, religiosa, regional, etc.

4. Económicos.
Nacimiento de nuevas doctrinas y teorías económicas. Ciclos económicos. Cambio en la política comercial externa y en las relaciones exteriores, regionalización, pactos y alianzas comerciales. Cambios tecnológicos y como estos afectarán a la economía.

5. Políticos.
Cambios de naturaleza constitucional. Elecciones. Cambios en organizaciones no gubernamentales y partidos políticos y en los liderazgos políticos.

6. Sociales.
Se debe vigilar los cambios en todo aquello relacionado con la población: aumento, disminución, promedios, edades, ocupaciones, educación, estructura social, migraciones, movilidad social, religión, vivienda, asociaciones, etc.

7. Morales.
Deben observarse especialmente cambios producidos en los aspectos básicos tales como: religiosidad, patriotismo, nacionalismo, confianza en el orden reinante, en las instituciones, en los líderes, en el futuro, en la economía, etc.

8. Científico-técnicos.
Desarrollos significativos en áreas sensibles, económicas, de aplicación militar, salud, etc.
Kent advierte que sólo algunos de aspectos deben de mantenerse bajo observación y que no hay una respuesta categórica que permita determinar cuales entre todos.
Entendemos que, como regla general, deberán estar bajo especial atención aquellos que puedan producir cambios que afecten de alguna manera los intereses propios. Asimismo, la profundidad y el detalle del seguimiento deberán estar acordes a la gravedad con que puedan afectar los propios intereses, cuales de ellos y en que plazo.

Por último el autor presenta “el más importante y el más complicado” de los elementos que hacen a la inteligencia estratégica: el especulativo y evaluativo.
Esto es, el elemento que se refiere al futuro, a “sus posibilidades y probabilidades” y permite conocer como un país podría “organizar sus fuerzas internas al servicio de su política y estrategia exterior” y afectarnos o favorecernos en el proceso.
¿Que debe saber un Estado (Estados Unidos para el autor) con el propósito de estar prevenido?, ¿Qué conocimiento sobre el futuro de otros estados debe poseer, con el fin de tomar previsiones?, se pregunta Kent.

Son dos las preguntas que se debe hacer un Estado sobre otro:
  • ¿Cuál es su estatura estratégica? Entendiendo por estatura estratégica la cantidad de influencia podría ejercer ese Estado en una situación en la que el propio Estado (Estados Unidos para el autor) tenga un interés estratégico. Esta influencia puede ser ejercida por medios de persuasión o de guerra. En síntesis será la suma de los medios disponibles, más la voluntad y la pericia en usarlos.
  • ¿Qué vulnerabilidades específicas tiene? Refiriéndose a los puntos débiles, de todo orden, que un Estado posee y que cuando son explotados por otro brindan resultados desproporcionados con respecto al esfuerzo realizado.
Si el Estado puede responder a estas dos preguntas respecto del otro y de otros Estados involucrados en la situación, estará en camino de responder a las siguientes preguntas:
  • Qué cursos de acción podría ese Estado:
a) iniciar por si misma.
b) adoptar en respuesta a los cursos de acción iniciados en cualquier otro lugar.

Sherman Kent sugiere que para aumentar la precisión de la predicción debería poseerse dos conocimientos adicionales a los anteriores.
¿Revela la historia de la política exterior del otro Estado el esquema al cual adherirá? Las líneas que ha seguido, ¿se han convertido en tradiciones fuertes? ¿posee un Estado amigo o aliado con el cual nunca romperá relaciones? ¿estaría dispuesto a romper con las tradiciones?
  • ¿Cómo perciben los habitantes del otro Estado su propia “estatura estratégica”?
Con estas respuestas en mano un Estado podría hacer “sutiles suposiciones –por lo general llamadas apreciaciones- sobre lo que otro Estado podría hacer en cualquier circunstancia determinada”.
¿Que valor tienen estas apreciaciones y el conocimiento que surge de ellas?
Dice Kent:
“El valor puede no ser absoluto y final; la evaluación especulativa o estimación puede no ser exactamente segura, pero si las vidas individuales y la seguridad nacional se hallan en juego, yo preferiría los índices de estatura estratégica, vulnerabilidad específica y probables cursos de acción, tales como surgen de esta fase de la inteligencia estratégica, a los índices dados por la única alternativa, es decir la “bola de cristal”."
Parte Segunda: La inteligencia es Organización
“La inteligencia constituye una institución; es una organización física de seres vivos que persigue, como fin, una clase especial de conocimiento. Una organización semejante debe hallarse preparada para poner a los países extranjeros bajo vigilancia u observación y debe estar preparada para explicar sus pasados, su presente y probables futuros.”
En esta segunda parte del libro, Sherman Kent nos instruye sobre como debe estructurarse la organización que cumplirá con los objetivos que nos describe en la primera.
Así, en el capítulo "V", nos señala con detalle las características y cualidades de los hombres que deberán ocuparse de las tareas de inteligencia estratégica, tanto sea agentes en el extranjero como aquellos que tienen base en su país.
Es de destacar su visión de los recursos humanos con que debe contar una organización dedicada a la Inteligencia Estratégica:
“En cierto sentido, las organizaciones de inteligencia deben parecerse un poco a
una gran universidad. Deben poseer la gente para las cuales la investigación y el
pensamiento riguroso constituyen el hálito de vida y deben, en conformidad, tener
gran tolerancia hacia los seres extraños y los excéntricos con un talento único.
Deben garantizar una especie de libertad académica de consulta y deben excluir a
aquellos que derogan dicha libertad destacando sus yerros ocasionales”.
Asimismo, el autor describe en este capítulo las características con que debe contar la biblioteca de la organización.

En el capítulo VI “Inteligencia Central” y en los siguientes Kent describe los aspectos centrales de lo que el llama la “máquina de inteligencia”. Narra el nacimiento de la Agencia de Inteligencia Central (CIA) por orden del presidente Truman, sus características y su relación con otros organismos del Estado, la coordinación de las actividades de inteligencia con los distintos departamentos y organismos, su dependencia del consejo de Seguridad Nacional y sus tareas y responsabilidades. Asimismo, describe no solo las tareas inherentes a la coordinación, sino que también detalla aquellas que componen la función operativa u operacional.

En el capítulo VII “Inteligencia Departamental” se ocupa de las organizaciones que dentro de ciertos departamentos y agencias federales (Oficina de Investigación de Inteligencia y Oficina de Reunión y Diseminación del Departamento de Estado, La División de Inteligencia del Departamento de Ejército, la División de Inteligencia Naval del Departamento de Marina y la División de Inteligencia de la Fuerza Aérea) se dedican a la producción de Inteligencia. Indica la tarea de estos departamentos, los recursos humanos a utilizar y la estructura.

En el Capítulo VIII “Organización de la Inteligencia Departamental: Diez lecciones derivadas de la experiencia” describe lo que llama los problemas de organización que son característicos de la inteligencia, dándole especial importancia a “sólo” diez de ellos.
  • Como debe ser el esquema de la organización: ¿regional o funcional? La opinión de Kent en este sentido favorece a la organización regional.
  • En segundo lugar se pregunta: ¿cómo manejar los asuntos que exceden la regionalización? Refiriéndose a organismos tales como ONGs, UN, Iglesia Católica, etc.
  • Kent sugiere que dentro de las organizaciones regionales se organicen “ciertas organizaciones funcionales” para lidiar con este tipo de organizaciones.
  • ¿Cómo conducir esos problemas de naturaleza multinacional, para los cuales la organización no proporciona un supervisor o coordinador nacional “full-time”? La respuesta de Kent es simple: sobre bases “ad hoc”.
  • ¿Cómo se ejerce el control efectivo sin perjudicar el cumplimiento de la misión? El autor sostiene que el control es el eje de una operación exitosa, exigiendo “cierta clase” de severidad, advirtiéndonos que será algo que los expertos encontrarán desagradable e insoportable. Para evitar tales inconvenientes y dificultades Kent sugiere la descentralización, haciéndola merecedora de todos los esfuerzos.
  • ¿Cuál es el arreglo administrativo más eficaz para gobernar el funcionamiento de una fuerza de campaña (en el exterior)? El autor en primer lugar resalta la importancia de la ejecución de las tareas de inteligencia en el exterior: “sin una fuerza de campaña propia, cualquier organización de inteligencia departamental, perderá un necesario sentido de la realidad en cualquier tipo de actividad que fuera necesaria para obtener lo que desea: descubierta, clandestina o ambas a la vez.” Kent advierte sobre las dificultades de coordinación en este tipo de actividades por las distintas dependencias que tendrán los hombres destacados en tales misiones.
  • ¿Hay alguna función “bibliotecaria” en una organización de inteligencia estratégica? Kent no deja lugar a dudas, su respuesta es categórica: “si”. A continuación detalla las características y responsabilidades del área en lo que se refiera a adquisición, clasificación, guarda, recepción de requerimientos y distribución del material solicitado.
  • ¿Debería existir una unidad administrativa separada para la reunión y diseminación? La respuesta de Kent es “no”. Esas funciones deben quedar en manos de la biblioteca.
  • ¿Cómo debería cumplirse la función de inteligencia biográfica? Kent en primer lugar destaca la importancia y la dimensión de la tarea. Sugiere que el archivo sea centralizado con aportes de las distintas unidades regionales involucradas.
  • ¿Cuál es la mejor solución para el problema de los mapas? El autor sugiere la centralización del área mapas, incluso con autonomía administrativa.
  • ¿Cómo mantener un equipo profesional competente bajo la Ley de Servicio Social y bajo condiciones de restricciones en los presupuestos? Sherman Kent se preocupa por la necesidad de seleccionar y luego mantener a los más calificados recursos humanos para desarrollar tareas en las organizaciones de inteligencia estratégica a pesar de las restricciones presupuestarias y las consecuentes reducciones de personal. Recomienda incluso la creación de un régimen especial para esos casos.
Parte Tercera: La inteligencia es actividad
“A menos que la clase de conocimiento que se discute aquí sea completo, seguro y oportuno y a menos que sea aplicable a un problema producido o a punto de producirse, es inútil”
En la tercera y última parte de su libro, Sherman Kent se ocupa de la inteligencia desde como proceso y a los problemas metodológicos que debe enfrentar.
El conocimiento que produce el proceso de inteligencia estratégica, más allá de la utilidad que tenga, tiene su origen en la investigación y esta, sostiene el autor, se produce de dos formas: por pedido de políticos o funcionarios y por la propia observación sistemática y continua de lo que ocurre en el exterior.
Esta observación en el extranjero es la que se produce cuando ejecutada con el propósito deliberado de darle un sentido y en función de mantener “ojos y oídos abiertos”. Esta actividad es completada, en aquellos aspectos de los cuales sería difícil obtener información abierta o pública, por las actividades encubiertas desarrolladas por los agente secretos.
Kent señala que la observación en el extranjero debe complementarse con la efectuada desde un puesto de observación en el país, no solo por conveniencia sino por las dificultades propias de la operación en el extranjero y de las medidas de contrainteligencia que el observado desplegará.
La observación, sea realizada en el extranjero o en el interior del país, clandestina o abierta, sirve para detectar cuando un tercero realiza actividades que puedan “lastimar” los intereses nacionales, estimulando el conocimiento “defensivo-protector” y sirve para conducir la propia política exterior activa.
Kent sostiene que la observación debe ser vigorosa y agresiva. Agresiva porque debe cubrir la mayor parte del terreno posible, la mayor cantidad de fenómenos y se deben efectuar todos los esfuerzos necesarios a fin de “investigar” las impresiones surgidas de la observación.
En este sentido Kent se detiene y hace hincapié en “la comprobación de la seguridad o exactitud de la fuente de procedencia de la información, la comparación de relatos divergentes, la ampliación de perspectivas ampliando el campo de investigación y el hallazgo de nuevos conductos”. Recomienda muy especialmente el “empeño sistemático” en extraer de las observaciones un significado exacto y finalmente sostiene que la observación sin un método de investigación sistemática solo producirá una información esporádica y superficial.
Así, describe siete pasos o etapas que deben cumplirse para lograr los resultados esperados:
1. Aparición del problema que requerirá la atención de un equipo de
inteligencia estratégica.
2. Análisis del problema a fin de determinar si este constituye un riesgo
y cuales líneas de aproximación servirán a los consumidores
gubernamentales.
3. La recolección de datos.
4. La evaluación crítica de los datos obtenidos.
5. El estudio de los datos para la formulación de la hipótesis.
6. Nueva recolección de datos en función de las hipótesis más
promisorias a fin de confirmarlas o rechazarlas.
7. El establecimiento de una o más hipótesis como las más acertadas a
fin de ser presentadas.
Durante el capítulo X, “Problemas de métodos especiales en el trabajo de inteligencia”, Sherman Kent detallará los problemas que surgen de la aplicación del método que propone y las soluciones. Cuando se refiere a problemas lo hace como problemas “substantivos” refiriéndose a aquellos que hacen a la sustancia efectiva de la inteligencia estratégica y, en este caso, no a los metodológicos.
Los problemas substantivos nacen de tres formas principales:
a) Reflexiones de un hombre empleado para anticipar estos problemas. Son aquellos empleados capaces de hacerse preguntas significativas capaces de anticiparse el problema.
b) Cuando el observador reconoce el desarrollo de algo poco común o insólito que pueda transformarse en un problema substantivo.
c) El tercero es a instancias del consumidor que deberían ser fuente permanente en este sentido.
Una vez producido el nacimiento del problema substantivo se le dará a este la forma necesaria para que la solución del mismo sea directamente aplicable a las necesidades del consumidor.
El personal de observación e investigación hacen foco sobre el problema substantivo con el propósito de encontrar las “vías de ataque” más productivas requerirán de cierta quía o dirección que podrá provenir de su propia experiencia o, preferiblemente, de aquellos a quienes brinda sus servicios. De
estos deberán requerir como encara su tarea y que objeto persiguen. Al obtener las respuestas a estas preguntas podrán darle mayor utilidad práctica a su trabajo. La formulación del problema substantivo sufrirá en relación directa a la ignorancia en la que se mueva la organización de inteligencia estratégica.
A la aparición del problema substantivo y a su análisis le sigue la reunión de datos. Al respecto Kent dice: “una organización de inteligencia no podrá existir hasta tanto efectúe un amplio y sistemático trabajo de reunión”. Menciona en este sentido tres problemas metodológicos “de difícil resolución”.
El primero se relaciona con dificultades que encontrará el observador en el acceso a materiales que complementen o se relacionen con el que ya posee sobre el tema que lo ocupa. Este problema se magnifica cuando los poseedores de dichos materiales son otras agencias u organismos gubernamentales de inteligencia.
Esta misma dificultad se incrementa cuando el pedido deba ser hecho a un equipo en el exterior, incrementándose aún más cuando el tema le es ajeno al receptor del pedido.
Otra dificultad la representan las informaciones que deben ser obtenidas en forma clandestina ya que son consideradas secreto de estado. Se presentarán entonces problemas derivados de las precauciones y el disimulo con que deberá operar la organización para obtener la información.
Asimismo, surgen problemas debido a la “segregación” con que debe operar la mencionada organización, lo que podrá provocar un alejamiento de las “líneas de guía” provenientes directamente del consumidor o a través de una vía indirecta. Los problemas derivados de tal situación provocarán que el consumidor solicitará cosas que la organización no está capacitada para entregar, o pedir en exceso y en consecuencia "sobre ocupar" la organización durante lapsos prolongados o, por desconocimiento, pedir algo que no merezca el esfuerzo. En función de los problemas mencionados la organización se encuentra expuesta a reunir información innecesaria o equivocada y a no
obtener la apropiada. Según Kent “Uno puede comprender el absorto interés de los técnicos en los artificios de su tarea, pero es difícil perdonarlos cuando confunden medios y fines”.
Los datos obtenidos durante el proceso de investigación del problema substantivo deberán ser sometidos a una crítica antes de convertirse en una hipótesis. “El problema metodológico se reduce a una cuestión de la crítica experta de la comprensión y de la libertad con que se permite llegar a la
apreciación de datos.”
Otro de los problemas metodológicos que se presenta tiene su origen en la forma en que el producto de la observación es distribuido al consumidor. Esta puede ser la recopilación periódica que llega a manos del crítico, el que a su vez lo dota de base y sentido, y lo eleva al consumidor. Otra forma empleada es a través de de un intermediario que protegerá la fuente de origen enmascarándola
y evaluándola.
Esta evaluación se materializará en un código en el que la confianza que merece la fuente es si misma se establecerá con letras que van de la “A” a la “D” y el contenido con números del “1” al “4”.
Kent no está de acuerdo con el método de clasificar los datos provenientes de documentos o periódicos designándolos con la palabra “documental”, sostiene que la evaluación de la fuente de origen puede ser en estos caso de gran valor para el destinatario.
La siguiente etapa involucra la formulación de hipótesis. El autor señala que lo deseable en este sentido es cantidad y calidad de hipótesis que sirvan de interpretación de los datos, con sus inferencias o conceptos, todos provistos de una amplia base y sirvan para producir nuevos conceptos.
Para lograr este objetivo la organización debe contar con dos elementos esenciales: en primer lugar recursos humanos profesionales de alto nivel y acceso a todos los datos necesarios. Al respecto Kent escribe: “Pero la inteligencia, que recluta su personal profesional entre las gente más favorecida
de la nación, no producirá las buenas hipótesis, a menos que esa gente tenga
acceso a todos los datos pertinentes”.
Finalmente, la última etapa: la presentación. En esta, la hipótesis es presentada, en forma breve y clara, como una “nueva y mejor aproximación a la verdad”.
Kent es consiente de que la inteligencia produce informes largos y que al mismo tiempo el consumidor prefiere resúmenes abreviados. Observa el problema que se presenta entre la preferencia del consumidor y la necesidad que quién presenta la hipótesis, no ofreciendo una solución concreta a este aspecto.
Asimismo, nos alerta sobre “las notas al pie” y con la citación de las fuentes de origen en la confección de los informes. Enfatiza que una investigación “chapucera” con notas al pié no es buena, pero sin notas al pié se transforma en peligrosa.
Finalmente Sherman Kent presente su último capítulo (XI) “Productores y consumidores de Información”
Desde el principio destaca la importancia que asigna a la relación entre la Inteligencia y sus consumidores, haciendo notar que esta no se da naturalmente y que requiere grandes esfuerzos para lograr que sea aceptable, asignándole a esas relaciones el carácter de “extrema delicadeza”. Si bien es necesario que los productores de inteligencia se encuentren lo suficientemente cercanos a los
consumidores de sus productos, esta cercanía implica, entre otros riesgos que mencionará más adelante, la posibilidad de perder su objetividad de “integridad de juicio”. “La inteligencia no es un conocimiento por el conocimiento en si mismo, sino que es conocimiento por el hecho práctico de emprender una acción”.
Como vimos, Kent asigna una enorme importancia a la dirección o guía de las actividades de inteligencia. La necesidad de guía para la producción de inteligencia resulta evidente, dice el autor, ya que si el personal de inteligencia se halla separado de la realidad, el conocimiento que resultará de su trabajo carecerá de utilidad. Es necesario entonces desarrollar intereses comunes y entendimiento entre productores y consumidores a fin de que estos obtengan el producto que requieren. La inteligencia será auxiliar de estos últimos, y deberá cuidar que estén bien informados, brindándole la ayuda que necesitan, llamando su atención hacia hechos importantes y, eventualmente, analizando cursos alternativos de acción.
Para este propósito la inteligencia debe conocer la personalidad de sus clientes al mismo tiempo que deben hacerse merecedores de su confianza. Esto solo se logra, reitera Sherman Kent, cuando obtienen la misma guía y dirección que “cualquier profesional obtiene de su cliente”. De no ser así el conocimiento producto de la inteligencia no será aplicable a las necesidades del consumidor
por tardío, incompleto o inseguro.
A continuación Kent enumera alguna de las causas de incomprensión entre productores y consumidores, destacando las siguientes:
  • La natural tendencia de los consumidores a rechazar la necesidad de recurrir a fuentes de “inteligencia”.
  • La necesidad de la existencia de razones de seguridad que impulsan la “reserva” y el “secreto” en el tratamiento de determinados temas de estado. Esto provoca dudas e incertidumbre del consumidor respecto del conocimiento aportado por la organización de inteligencia. Esta duda aumenta en la medida que contradice la base de conocimientos que el consumidor tiene establecida. La regla también se aplica en el caso de que el consumidor, con el propósito de no revelar el conocimiento particular que necesita, solicita uno mucho más general que muy probablemente lo contenga. Los productores y consumidores, aconseja Kent, deberían recurrir a todos los medios permisibles para ayudarse unos a otros por el éxito de la tarea común.
  • El compresible rechazo del consumidor a embarcarse en empresas riesgosas basados en opiniones ajenas.
  • El excesivo acercamiento de consumidores y productores, que incluso puede derivar en la desaparición de las barreras administrativas entre ambos hará posible que la inteligencia sea separada de su tarea habitual para dedicarse a otros temas, incluso sin importancia. Existe el riesgo de la atomización del personal de inteligencia entre los distintos organismos y agencias. Otro de los riesgos es la absorción política de la organización de inteligencia, haciéndole perder objetividad y rumbo.
La información deberá ser parte de la formulación de políticas aún a riesgo de que, como es natural cometa errores. Seguramente los riesgos que corren los consumidores al aceptar los análisis de la información sobre alternativas son mucho menores de los que correrán si, sistemáticamente, los ignoran.
Si bien los productores de información desearían que sus análisis sean tomados siempre en consideración no existe ley universal que obligue a los consumidores a hacerlo.
Sin embargo, destaca Kent:
“cuando los hallazgos de la inteligencia son regularmente ignorados por el consumidor, y esto debido a su intuición, debería reconocer que vuelve la espalda a los dos instrumentos por medio de los cuales el hombre, desde Aristóteles, ha ampliado incesantemente el horizonte de su conocimiento: los instrumentos de su razón y el método científico”.

Apéndice: Clases de información

Sherman Kent presenta en el apéndice de su libro una descripción de las clases de información del gobierno de los EEUU al momento de escribir su libro y de las clases de información que se discuten a lo largo del libro: información de seguridad, información positiva, extranjera o doméstica, de largo, medio y corto alcance. Describe agencias y departamentos interesados y técnicas.
Por último, se pregunta: ¿se ajusta a la realidad el significado de cada una de las numerosas ramas de la inteligencia incluidas en los diagramas? ¿poseen su propia existencia independiente?

Autor del resumen del libro: Tcnl (Res) José María Condomí Alcorta

Fuentes:
  • “A Tribute to Sherman Kent” http://www.odci.gov/csi/books/shermankent/rft7#rft7
  • Inteligencia Estratégica, Sherman Kent, Editorial Pleamar, quinta edición, abril de 1994.
  • http://masterusal.campus-online.org/Archivos/SKent.htm