miércoles, 26 de diciembre de 2018

El futuro de nuestra Defensa Nacional

La situación a la que hemos llegado con la FAA en particular y en general con todas las FFAA es la que tan bien describía una ley de Murphy que dice: "Si algo malo puede pasar pasará en el peor momento". El declive final de las fuerzas llega en el peor momento económico del país.

Uds. dirán, justificadamente, que este es un proceso que viene deteriorándose desde hace muchos años fruto de la desidia política, de cuestiones ideológicas, las malas decisiones de los militares o cualquier otra razón que haya contribuido a la situación actual. pero en los libros de historia del futuro esta evolución negativa se describirá en unas pocas oraciones y a lo sumo en un par de párrafos y los días que corren serán mencionados como el quiebre en el que la Defensa Nacional comenzó su recuperación o por el contrario selló su deterioro definitivo. 

Este gobierno será mencionado entre otras cosas por ser el responsable de una u otra situación. Quienes defienden a ultranza al gobierno dirán que lo todo es una cuestión económica, en lo personal creo que se trata de la falta de una visión estratégica de la Defensa Nacional. Pocos, muy pocos, piensan en términos de estratégicos, se dejan llevar por la gravedad de la situación económica y no advierten que para salir de esta situación primero se debe determinar objetivos, políticas y un planeamiento estratégico acorde.

La gran ventaja que tenemos es que no tenemos prácticamente nada, todo está por hacer y el pasado no juega como un ancla sino que se puede visualizar como una experiencia negativa pero a la vez muy útil para planificar el futuro y no cometer los mismos errores. 

Tenemos la oportunidad de "parar la pelota" y pensar detenidamente como vamos a rediseñar nuestras FFAA para enfrentar los riesgos de mediados de siglo y más allá. Armas de energía, desarrollos aeroespaciales con serias implicaciones en la defensa, inteligencia artificial en armamentos cada vez más sofisticados, soldados que parecerán salidos de películas de ciencia ficción, ciberguerras, etc. etc. Creer que las futuras amenazas podrán disuadirse y, menos aún, enfrentarse con buenas intenciones, es de un infantilismo cruel y demencial. En el mundo que inexorablemente vendrá los magos si dientes, las buenas intenciones, los globos o las posiciones ideológicas no tendrán futuro. 

El Ministerio de Defensa deberá encarar el futuro de nuestra Defensa Nacional teniendo muy en cuenta lo que se denomina Anticipación Estratégica. De lo contrario terminaremos comprando hoy lo que mañana no nos será útil.